A N T Í D O T O

Cómo me gustaría tener botón “deshacer” para todo… pulsar las 2 teclas Ctrl+Z para que no trascienda lo que se ha hecho; y digo que me gustaría tenerlo porque hay gente que al parecer lo tiene.

Yo lo llamo “el antídoto”, y consiste en hacer que los actos no tengan las consecuencias habituales, y para ellos en lugar de las combinaciones con teclas de atajo, se utilizan diferentes fórmulas tales como:

–          Pedir perdón, o decir “lo siento”

–          Confesarse (especial para católic@s)

–          Decir “no era mi intención”

–          Iniciar una frase con “no te ofendas, pero…”

–          O la siempre desafortunada “mejorando lo presente”

Lo cierto es que manifestar que no existía un propósito de daño (o mala fe) no soluciona el problema, sólo intenta justificarlo, y es que es cierto que hay cosas que cuando se rompen es posible arreglarlas, y funcionan como si nunca hubiera pasado nada; otras nunca volverán a ser las mismas, siempre tendrán secuelas; e incluso hay muchas que no podrán arreglarse.

Si el antídoto es el adecuado, y se administra a tiempo por la vía correcta, habrá sido como pulsar “deshacer”, no tendrá efectos secundarios y el paciente podrá “hacer vida normal”. Si se administra tarde y/o mal, requerirá de una “restauración del sistema”, habrá efectos secundarios que incluso podrán dejar alguna dolencia crónica en el paciente. Si el antídoto se administra demasiado tarde, es el erróneo o se hace por otra vía, lo que hará que no haya opciones de restauración ni recuperación de copias de seguridad, y probablemente perdamos definitivamente al paciente.

Actualmente se está trabajando muchísimo en investigación, para intentar encontrar un antídoto a algunas epidemias que están amenazando a la salud mundial, como son la estupidez, la oquedad y la falta de voluntad. Desgraciadamente aún no tenemos resultados concluyentes; o lo que es lo mismo: no ha sido posible desarrollar ni un sistema operativo ni un programa capaz de restaurar un archivo del cual no se guardan copias de seguridad y que es sustituido por otro poniéndole su nombre, previa sustitución de contenidos… Seguimos dependiendo del cuidado, del pensamiento y de la voluntad humanas.

Vivimos engañándonos con falsos antídotos, inventándonos soluciones para todo, aunque no todo lo tiene, y a veces la solución requiere de nuestro esfuerzo… Si estropeamos el ascensor no nos quedará más remedio que subir por las escaleras, aunque nos haga sudar. No me gusta plantear si voy a afrontar algo o me voy a retirar, sólo me debato en cómo hacerlo, aunque deba enfrentarme previamente a mis propios miedos.

Te ruego que subas aunque se averíe el ascensor, yo te espero arriba… Creo que el antídoto consiste únicamente en que quieras, realmente, subir.

 

undo

Deja una respuesta