L E J A N Í A

En la lejanía he encontrado algo que no buscaba, algo que no quería, pero es algo que necesito. Si preguntas cómo sé que lo necesito, la respuesta es sencilla: porque ya no puedo vivir sin ello.

Sin darme apenas cuenta me encontré en plena diversión; pero era una diversión totalmente diferente… era madura, pero a la vez inocente, confiada… pero enriquecedora; me atrevería a decir incluso… añorada. No recuerdo haber dedicado tiempo a pensar en mi pandilla de amigos de la infancia, en aquellas aventuras… hasta que por fin, en estos días, no he podido evitarlo, por tener el corazón lleno de las mismas sensaciones.

Fue precisamente en mi infancia cuando empezó a fascinarme la Luna, negra como el carbón, pero blanca a nuestros ojos, con su maldito gradiente gravitatorio que sólo nos deja ver su cara; y quién nos iba a decir que sería el Spútnik soviético quién nos mostrase su Cruz, llevándonos tan lejos…

No me he refugiado en la lejanía para vicios ni maldades, me han despojado de mi armadura, y de mi valentía sorprendentemente fingida, que yo creía real, con la sencillez más inesperada, retándome a una batalla que creía ganada y que perdí apenas empezar.

He sentido lejanía, o cercanía de lo lejano, o las dos cosas… he sentido lejos lo que tengo tan cerca cada día, y he sentido cerca lo que ya no veía de tan lejos que estaba…

Ciertamente no sé si no veía porque estaba lejos, o porque necesitaba estar lejos para verlo con perspectiva… no sé si estoy yendo, o, por el contrario, si estoy volviendo.

wadi_rum

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